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  • Ana

Yoga y Pratyahara para la vida moderna y la esclavitud a los sentidos




Tiempo de lectura: 4 min


Con cada día que pasa la tecnología y la vida moderna generan estímulos sensoriales más y más fuertes. Te preguntarás “¿y que tiene esto de malo? Más diversión, ¿no?”. Si y no.


El yoga nos explica como tenemos sentidos internos y sentidos externos, los sentidos externos son: olfato, gusto, vista, tacto y oído – en su orden según el yoga. Pero cuando hablamos de sentidos internos no tenemos mucho conocimiento al respecto.


Pratyahara es la quinta rama del Ashtanga Yoga y se refiere al “control” o administración de los sentidos. ¿Suena raro? Te daré un ejemplo cotidiano que te hará entender eso mejor: ¿te ha pasado que estas tan concentrado en tu celular que alguien te habla y no lo escuchas? Tu sentido del oído está tan retraído por la concentración en tu móvil que pareciera que esta anulado. O te ha pasado que estas asustado en la oscuridad y de repente tu oído se agudiza al punto que escuchas hasta los pasos de una cucaracha.

Nuestros sentidos no son estáticos, y como el volúmen y el brillo de tu celular, pueden aumentar o disminuir. Ahora piensa que puedes manejar tus sentidos a tu voluntad, entrenarlos para que estén funcionando como tu necesites. Esto es pratyahara.


¿Pero cómo podemos lograr esto?


El primer paso es tomar conciencia de como nos hemos vuelto esclavos de nuestros sentidos. ¿Cuántas horas pasas mirando una pantalla? Sea el celular, el ipad, el computador o el televisor. ¿Qué pasa cuando por un momento lo dejas de mirar? ¿Has notado que tu sistema nervioso quiere mas de ese estimulo visual? Otro ejemplo revelador es el alimento, con la vida moderna comemos alimentos con sabores cada vez mas fuertes, hoy le echas un poco de sal a tu plato, mañana un poco más, el día siguiente más...


La diferencia entre los sentidos internos y los sentidos externos, es que los sentidos internos generan cierta “saciedad”, una realización personal que te conecta con tus cuerpos sutiles y tu alma, mientras que los sentidos externos (sin consciencia) te esclavizan y te piden más y más estímulos para sentir placer, es como si tu cuerpo quisiera y necesitara estímulos sensoriales más fuertes para lograr una satisfacción que nunca se cumplirá.


Los sentidos externos, además, nos llevan a identificarnos más con la vida material y externa, están anclados a los conceptos del placer y cuando le damos más importancia los placeres de la vida que a nuestro proceso y crecimiento personal, nos alejamos de la vida espiritual y nuestra esencia. Y no me mal intérpretes, los sabios más grandes de este mundo han encontrado gozo en la vida y han disfrutado su existencia (sat-chit-ananda).


No se trata de que vivas una vida forzada de reprimir el disfrute de este plano material, sino que entiendas que depositar tu intención (y tu identidad) de vida a los placeres externos, o los sentidos externos, te va a dejar un enorme bache existencial, donde te desconectarás de tu SER.


Tampoco se trata de negar los sentidos externos, es a través de ellos que nos movemos y sobrevivimos al mundo, usando los sentidos con consciencia te puede llevar a disfrutar y conectarte con la existencia de una forma hermosa.


Entendiendo esto, los sentidos internos son aquellos que desarrollamos a través del yoga, la meditación y otras técnicas del yoga; son los sentidos que permiten percibir la energía, los cuerpos sutiles y nuestro ser esencial, atma, alma, como le quieras llamar. Son la base fundamental para conectar con la intuición y la clarividencia (que no es mas que ver la existencia por lo que es y no por la interpretación de tu ego).


Empezar a determinar cuál de tus actividades o gustos están siendo sobre-estimulados, identificar los momentos del día a día donde tus sentidos externos te tienen esclavizado y lentamente ir quitando poder a esas situaciones es un buen punto de partida. Un ejemplo personal de esto fue dejar de tomar bebidas gaseosas por mucho tiempo, cuando después de esto en algún momento quise tomar una, el sabor dulce era tan abrumador que ya no sentía el placer o gusto que sentía a lo mejor de niña.

Una vez tengas identificados los puntos a mejorar, puedes empezar a entrenar tu sistema nervioso a sentir hacia adentro, mientras más afinado esté tu sistema nervioso, más estímulos sutiles y energéticos podrás sentir.


Cualquier práctica somática te servirá de punto de partida, mientras más tiempo destines a estas prácticas, más terreno en los sentidos internos ganarás. Luego puedes seguir con respiración consciente y pranayama, para finalmente moverte en el mundo de la meditación.



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